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Amor líquido ··· de la física a Zigmunt Bauman

No hace falta hablar de todo. No me gusta encorsetarme. Yo soy un espíritu libre.
Somos hij@s de nuestros tiempos. El mundo líquido de Zigmunt Baumant fue una bocanada de claridad, en mediod e estos tiempos donde la norma es que todo sea flexible, ligero y con posibilidad de devolución exprés.
Si antes aguantábamos de todo hasta que la muerte nos separe, ahora si no me combinas con el último Iphone y mi nuevo concepto fetiche, hay algo que no fluye. ¿Os pasa que a veces detectáis que alguien abusa de términos como fluir, libertad o amor incondicional de una manera cuanto menos, paradójica? Tras bastante confusión, descubres que los usa para evitar el acercamiento y el compromiso mínimo que necesita cualquier relacioncita que empieza a nacer. Es decir, los usa para evitar amar, aunque juega al juego del amor para obtener su chute químico y de autoestima. Un yonki del fluir sobre un barquito de papel creyéndose el Titánic de las relaciones evolucionadas y libres, vaya.

Bien, pues yo he sido esa yonki. Quizás por eso ahora no se me escapa ni uno. Betevé (la TV de Hospitalet de Llobregat) me invitó a participar en su programa. Ese día estaba con un catarrazo épico. Pero la ilusión pudo con todo y decidí compartir este texto.


¿Qué nos ata, ¿navegante?

Si siendo aún brújulas sin norte 

apuntamos al amor incondicional… 

algo se estira hasta que se rompe.

Fugitivos de tierras rígidas huyendo a un mundo líquido…

ya hacíamos aguas antes de habernos conocido.

Llamando amor a esta vela partida… 

Náufragos a la deriva en mares de latidos…

¿Qué nos ata, navegante?

Un náufrago grita Sálvate tu, No esperes nada, todo acaba, Todo es relativo. 

Y yo digo

¿de veras dudas de las leyes de la física,

de la atracción entre opuestos

como origen de la vida?

Amor, yo he encontrado el límite

he tocado el ancla 

que me ata a tierra firme.

y es… mi cuerpo estremecido. 

Mi cuerpo es una cuerda

que se trenza entre deseos y miedo,

entre recuerdos y futuros

Y saberlo   rompe la inercia.

Así que ato. Suave y firme

ato el nudo de tu ombligo a los ojos de mi casa 

y dejo el control y la medida para quien necesite ser distancia.

Porque ya no confundo miedo con sólido.

Ya no confundo cuerda con soga. 

Basta de ser fiel a amor sin amor. 

Escúchame: soltemos ahora este cuerpo asustado y contraído, 

desatemonos de memorias estancas 

para atarnos de nuevo a esta vida, 

abramos camino hacia al mar… 

pues nadie puede luchar contra sí mismo y vencer. 

No soy más que un enjambre de hilos que gritan que estiran de mi hacia todos partes. 

Tensa de mi misma, ebria de tanto vaivén, 

corto los ruidos, 

recogo sus hebras 

y trenzo a voluntad este silencio. 

Y aqui sí, 

aquí sí palpita el amor

y dos cuerpos encajan en uno. 

Ato nuestras lenguas contrarias. 

Ato lo que más odio con lo que más amo. 

Ato como la naturaleza ata, sin piedad, ni pena, sin ojalá ni juicio. 

Percibo este mar, este cielo donde la física escribe sus diez mandamientos:

Lo que el pensamiento repele, que el corazón lo atraiga. 

Te miro. ¡Que guapo estás! 

Y en un acto de impulsiva cordura, nos hacemos beso, pulverizando toda teoría en este aleteo entre dos palomas rojas. 

Hay un azul despejado esperándonos y una bandera blanca por cielo. 

Siento mi ancla, la certeza absoluta de esta danza sagrada: 

un océano nos hace dos orillas. 

La vida es lo que nace entre tu y yo. 

Y el tiempo, una brújula que siempre señala al norte para quien sabe mirar. 

Vamos a morir (Oh, covid)

Inspirado en Accidents Polipoètics y su performance ¡Van a por nosotros!




Señor, dame humor para sobrevivir este drama. Cuidame, cuida a mis hermanas y hermanos y haz que els explote la tele para cuidar su salud mental.


Guarda la distancia.

Ves por la otra acera.

Ponte mascarilla.

y lava la de tela.

No seas tan incívico.

Sé más responsable.

Lávate las manos.

¡Ponte el hidrogel!

¡Ponte el hidrogel!

¡Ponte el hidrogel!

¡VAMOS A MORIR!

Quédate en casa y ciérralo todo, los bares, las salas.

Cierra la vida y ponle un candado,

que no se mueva nada.

Detén.

Cuenta que quedan 72 horas

para no poder pagar el alquiler.

Tósete en el codo.

¿Qué haces tosiendo?

Tápate la boca.

Aguanta el estornudo.

Abre las ventanas.

¿Que has cogido gripe?

¿Esto es un catarro?

¿Es coronavirus?

¿Es coronavirus?

¿¡Es coronavirus!?

¡VAMOS A MORIR!

Detén tu día.

Detén la mano.

Detén el pájaro

y el nido al que habías hecho tu hogar

con las alas de mil años de aves previas cobijándolo.

Sopla a las llamas del miedo y sorpréndete luego del incendio imparable.

Quédate en la cama.

Cúrate la fiebre.

No salgas del cuarto.

No me toques nada.

Pon la lavadora a 120 grados.

¡Lava bien la ropa!

¡Lava bien la ropa!

¡Lava bien la ropa!

¡VAMOS A MORIR!

Cállate en el metro.

No le hables a nadie.

Cuida a quien más quieres.

No abraces a la abuela.

No vayas a verla.

Ciérrale la puerta.

Que nadie la toque.

Que se quede sola.

Esto es por su bien,

esto es por su bien,

esto es por su bien…

¡VAMOS A MORIR!

No preveas.

No aprendas de los errores.

No aprendas del paso del tiempo

ni del daño de una ausencia que atraviesa los días

en esa cueva fría

a la que llamas residencia

Esto es pura ciencia.

Esto no es política.

Si tu me cuestionas

es negacionismo.

¿Y por qué criticas?

¿Y por qué no callas y sigues lo que digo?

Y sigues lo que digo.

Y sigues lo que digo.

Toma precauciones.

Haz la cuarentena.

Haz cincuentena

y la tresmilntena, y la ansiedadtena, y la depresiontena y la suicidiontena.

Por favor, escanee su angustia y mándela en un único pdf.

Rellene un formulario con miseria.

La deseperación y la impotencia, que firmen aquí abajo.

Recuerde pagar sus impuestos a tiempo para evitar problemas.

Finja que puede mirar a otro lado cuando ve las noticias

y que entiende sus números extraterrestres

y que tanta incertidumbre

3 veces al día no

suena solo a ¡¡¡PÁNICO PÁNICO – PA – PA – PÁNICO!!!

Olvide que lo urgente no siempre es lo más importante

cuando el presente es un acantilado.

¡¡¡PA – PA – PÁNICO!!!

Finja que puede mirar a otro lado para estar a salvo y así evitar el pánico al verla venir a ella, aquella que nos hace humanos, aquella que nos vence a todos

Vamos a morir

Vamos a morir

Vamos a morir

Nuestro bosque

Este poema está dedicado a mi familia (la de sangre): sin ella no sería quien soy. Y también a esa familia que eliges a medida que pasan los años, ves cómo está todo y el amor se cruza de muchas formas en tu camino, Él es mi mejor amigo Domenikus. Confieso que sin él, este texto nunca hubiera salido a la luz.

Y vosotres, ¿ya os rodeáis de gente que os quiere bonito y os ayuda a ver lo qué importa? 🙂

¿Qué es un bosque: los árboles o el espacio que hay entre ellos?

La soledad de mi abuelo es un tronco.

Octavo hijo de la pobreza en casa de postguerra.

Con 5 años, conocía mejor el campo que todos nosotros.

Ya había recogido que el hambre es la mejor consejera y que lograr tus sueños significa sufrir.

¿Para qué hablar?

¿Para qué llorar?

La soledad de mi abuelo es el tronco que sostiene su vida. Que nos sostiene a todos.

La soledad de mi madre es un tronco.

Heredera compasiva de misterios de familia. Hierro templado a golpe de ¡Ay, hija, qué vergüenza… como se enteren los vecinos!…¡Mujer, no es para tanto! ¡Será exagerada! Eres una histérica.

Con 15 años, conocía mejor la muerte que todos nosotros. Cómo una ausencia ocupa más que un hermano

¿Para qué hablar?

¿Para qué llorar?

Se seca los ojos, enciende un cigarro y prende con ilusión una familia nueva.

La soledad de mi madre es el tronco que sostiene su vida. Que nos sostiene a todos

La soledad de mi hermana es un tronco.

La hija retrasada de una familia normal. Un despertador de Ay, pobre, que pena.

Con 20 años, conoce mejor la compasión que todos nosotros.

La hija retrasada sabe cuán solos estamos y cuánto la necesitamos para amar.

Siente qué necesario es hablar, qué inevitable es llorar y que haya alguien.

La soledad de mi hermana es el tronco que sostiene su vida. Que nos sostiene a todos.

Por eso, cuando mi hermana toma de la mano a mi abuelo

el tiempo colapsa, el espacio se abre y, en silencio, el árido campo deviene un campo de juego.

Y la soledad de mi abuelo, que es un tronco, revela que hicimos de ella la hamaca con la que nos mecemos todos, para seguir unidos.

Y a esta sensación, que no tiene forma, le llamamos casa.

Y heridos de pena nos mecemos, discretamente, para no molestar, para no armar un escándalo -que los problemas son de otros.

Y sonreímos a hamacas cercanas, amigos, colegas, mujeres, vecinos… Regamos el mismo destino y formamos un bosque,

g

o

t

e

a

n

d

o

sin

saberlo.

Y es que una guerra nunca empieza cuando empieza ni acaba cuando acaba.

Por eso, cuando mi hermana toma de la mano a mi abuelo,

el universo se pliega sobre sí mismo y podemos verlo.

Y vemos un mundo amorfo -al que todos damos forma

corriendo desesperados -para mantenerlo todo quieto

y sin memoria, haciendo del mapa, territorio,

vemos un orden extraño  

que nos golpea y nos hace pedazos,

nos separa y nos vuelve enemigos

y nos desordenamos… para que todo mantenga su orden

hasta ahora.  

Hasta hoy.

Que

he tirado del hilo

y he roto la hamaca

y el árbol al fin ha cedido ante ojos de madrugada, pieles que ahora florecen y un nosotros de gruesas ramas.

Que he tirado del hilo

y he roto la hamaca

y el árbol al fin ha cedido ante ojos de madrugada, pieles que ahora florecen y un nosotros de gruesas ramas.

¡Qué bien que ya no hace falta el feminismo!

Subtítulos en español e inglés disponibles 🙂

Y pasó. Cuando me hice sensible al feminismo y me puse las gafas violetas por primera vez, fue un momento de regeneración vital enorme: sobre mi identidad y mis reacciones ante la vida; sobre la diferencia vital entre sexo y género y tooooodas las reflexiones a las que nos catapulta; sobre la necesidad de hablar de feminismos en lugar de feminismo; sobre la necesidad de incluir en las discusiones feministas el peso del capitalismo y del racismo, transversales al cuestionamiento del patriarcado. Todo ello, con el único motivo de atravesar este inconsciente colectivo que nos ahoga en inercias caducas y dolorosas.

El feminismo es, para mi, un -ismo vital para poder avanzar hacia una sociedad más justa, sensible y fuerte basada en los cuidados y respetuosa con los ritmos vitales reproductivos, además de productivos.

Es un -ismo. Es decir: una ideología. O sea: es una parte del pastel y no el pastel entero. Y parte del mundo de las ideas: es una idea que nace como oposición a otra idea (¡y menos mal!). Por eso ahora, que el feminismo es una realidad que va calando en muchos lugares del mundo, veo necesario ir a debates más sutiles , que siempre aguardaron tras los debates urgentes que iniciaron este movimiento. En definitiva: me urge ir a la raíz del problema para desactivar todas las bombas hijas que nos explotan a cada paso.

Sabía que más pronto que tarde acabaría sintiéndome incómoda y protestando ante los discuros simplistas duales sobre mujeres y hombres, sobre víctimas y verdugos. Sobre el culpar al machismo y el patriarcado, en general, como si fuera algo que existe en el aire. O aun peor: acusar a los hombres de todos los dramas. Sobre el disculpar a las mujeres alienadas y empatizar con ellas porque son mujeres e históricamente, toca compensar la balanza.

¿Es que acaso un hombre educado en sus emociones, feliz y en paz consigo mismo mataría, humillaría, despreciaría o violaría a alguien? ¿Por qué empatizar con nuestro sufrimiento más que con el de ellos? Por pura subjetividad e identificación caprichosa con este cuerpo que tengo que…¡oh, paradoja! No quiero que me defina. ¡Pobres mujeres! ¡Jodidos hombres! Ni se te ocurra tratar de entender que su dominación nace de una profunda herida, tanto como nuestra histórica sumisión.

NO. BASTA. Si vamos detrás del encuentro sincero y no de luchas de poder, esta actitud es insostenible.

Me irrita y hace reír a partes iguales la facilidad de muchos hombres para contestar un «¿Otra vez?» con un torneo de ojos en blanco, al oir una comentario feminista. Y lo mismo me pasa cuando oigo mujeres heridas que, igual que me ha sucedido a mi en ocasiones, confunden la herida privada con la lucha colectiva. No porque no sea lícito o humano. Sino porqué una vez reconoces que estabas ciega, ¿no te vas a pasar tu vida quejándote, verdad? Se supone que harás algo para vivir mejor. Se supone que pasarás a la ACCIÓN.

Por supuesto que me sé un sensible y dependiente del medio en el que elijo vivir. De aquí 20 años, la epigenética, la psiconeuroinmunoendrocrinología y el estudio del microbioma nos dejaran jodidamente maravilladas, visibilizando mil y una conexiones que hoy la mayoría de cientificos ni logran imaginar (pese a todas las pistas y papers al respecto). Porque, en resumen, lo que hay es lo mismo: el idealismo romántico y la inmadurez. No responsabilizarse del propio peso: de las necesidades, sentimientos y las acciones de cada uno. Tirar balones fuera. Y así, negarme la posibilidad de liberación a través de la responsabilidad radical de sostenerme a mi misma hasta las últimas consecuencias. Porque no queda otra salida, ni nadie vendrá a salvarme. Basta de repetir el maldito arquetipo príncipe-princesa, salvador/salvado de forma malsana. Hay que desmontar el puzzle con cariño y cuidado, para elegir conscientemente qué fichas necesito y deseo, qué me hace bien. Deconstruir roles e inercias con una mente afilada conducida por un corazón amoroso y compasivo.

Y es que de eso se trata, para mi: de vivir con la sensibilidad despierta al máximo para crecer más fuertes, sanas e inteligentes. Y eso, querides, no entiende de sexos. Es una decisión personal y valiente. Es la jodida revolución. Es la antesala de nuestra libertad.

Veamos quien acepta el desafío y se atreve a cruzarla.



155… motivos

Vivo la vida como un videojuego en el que paso pantallas: toma, una más. Y otra. Chúpate esa, destino: ¡otro sueño cumplido! Y otro, otro, otro más. Me sacude la adrenalina. Soy un pastel de endorfinas y me río sola en el metro. Muchos miran extrañados. Algunas, me entienden… sin entender exactamente, pero se les encienden los ojos. Entonces a mi me sale una sonrisa de vagón, enorme.

Esta noche fue, sin duda, una noche inolvidable: Poetry Slam Barcelona celebró un evento único en la cultura contemporanea de Barcelona. Único por varios motivos: por el elenco increíble de poetas invitados, algunos de los mejores de Europa, que nos reunimos en el Castell de Montjuic. Por lo mágico de ser precisamente ahí, en ese lugar donde antaño se luchó con balas y bombas y ahora, 2018, luchamos con versos. Además, fuimos el evento que más gente atrajo de todos los eventos culturales programados durante la semana… ¡que más puedo decir! 😀  Y por último, fue una noche única porque, tras 8 años de duro trabajo y picar piedra, al fin l’Ajuntament miró con respeto e interés el movimiento de Poetry Slam. El equipo ha trabajado duramente durante estos años y son pioneros de un movimiento cultural que, pese a ser un fenómeno mundial, no recibe apenas apoyo del Ajuntament, del Gobierno ni de otros entes. Se expande con la ilusión y el boca a boca de la base, de la gente, que cada día es más. La ola crece… y es el doble de admirable, siendo tan grande el desdén de las fuentes «oficiales» y voces tradicionales que proclaman que esto, lo que hacemos, no es poesía.

En fin, este video recoge un momento que podré explicar a todos los hijos e hijas que no tendré cuando sean mayores. Antes de seguir, una aclaración: no soy independentista ni lo seré. No apoyo nacionalismos de ningún tipo: me sobran fronteras y me falta amor en este mundo de todas, de todos. Mi patria es la Tierra y mi cuerpo y el tuyo, mi templo. Este texto recoge la vergüenza y rabia de haber vivido la aplicación del artículo 155 por parte de un gobierno autoritario hijo del fascismo más recalcitrante… además del gobierno gobernado por el partido más corrupto y que, irónicamente, más empobrece a España con sus robos y enchufes cuñaos a todos los niveles. Se vendió (se vende, más de un año después) que el mayor peligro para romper la armonía y convivencia de España, no son los buitres que la devoran desde dentro: que es un pueblo que lleva años reclamando hacer un referéndum por vías legales para decidir (para escuchar) la opinión de su gente. Un pueblo que propuso un Estatut que se recortó y se ignoró en su día. Y desde ahí, no hemos avanzado. Eso es concretamente lo que se está proponiendo: desviar la atención del cáncer que supone la ignorancia de quien nos gobierna desde el miedo y la autoridad sin respeto por la diversidad, por la pluralidad y la riqueza que definen España. Alguien, desde luego, con un orgullo demasiado estrecho y limitado para conseguir que España brille y sea realmente una, grande y libre.

Os invito a leer el texto. Tranquilamente y con un té de invierno en la mano. Que bendita rasca suelta hoy. Un abrazo.

155… motivos

Cuando el todo resta más que la suma de sus partes

cuando el hígado ya no filtra

la justicia se calla

y las bocas se cierran…

tiemblan.

Tiemblan, pues saben que el fin es inminente.

Y es que hay 155 motivos para romper.

155 motivos para acabar con tal sin sentir insensible y voraz,

incapaz de escuchar a la vida.

Y su miedo crece y crece al ver que no hay salida si no cambiamos la pregunta,

¿y quién se atreve?

¿Quién se atreve a dejar de rimar barbarie y familia,

de imponer barbarie y familia por respeto y tradición?

Mire donde mire, veo la historia repetida:

de generación en generación

degeneran buenas razones llenas de noble intención que empujan

al abismo de siempre:

“O ellos o nosotros.”

Y yo, ¿qué diré?

Yo, que me sé encuentro,

un milagro ante lo improbable del suceso….

ya no.

Tengo 155 motivos para no seguir el juego.

Para sencillamente ser quien solo yo puedo ser (eso es la revolución).

Y hacer crecer el inmenso poder de mi minúscula ala de mariposa,

esa palanca invisible que hace del aire huracán.

155 motivos para dar un golpe en la mesa

y dejar caer los miedos,

que estallen en mil cristales.

Y ahora sí, poder verlos y por fin, poder recogerlos,

con cuidado,

para no herirnos más.

Sé cuánto duele una herida en la yema del dedo,

el dolor que causa al tocar el mundo.

Ahogarme bajo el peso de un señor que nos mira desde arriba

que entró en mi hogar asaltándome a contracuna

antes de poder yo hablar, ni entender cómo se cose el silencio

o qué clase de tejido es la memoria.

Por mi bien,

predica sermones entre el techo, el sueño y mis párpados,

cada noche, cuando oscurece.

Él no me deja descansar: él me exige respeto.

Y ya he aprendido ¡y joder con qué esfuerzo!

que respeto no es eso.

¿Cuántas familias más necesitamos destruir?

¿A cuántos países más bombardear?

¿Cuánta corrupción cabe en un cuerpo?

155 motivos

para reírme tranquila, mostrando colmillos mirando de frente

sabiéndome amor cuando mato a la muerte.

Pues respeto no son paredes sin color de vidas vividas sin calma.

Bocas llenas de palabras vacías, sienes cerradas.

Infiernos que de tanto ignorar, acabamos escuchando todos.

Respeto es recorrer con otros pies terrenos nunca antes pisados,

recorrer lentamente fronteras hasta descubrir mis costillas

y sentir como se hinchan y se encogen, cómo se hinchan y se encogen.

¿Dónde está el respeto entre iguales que somos diferentes

y todos nosotros humanos?

155 motivos para entender qué frágiles somos

y aceptar que lucha es derrota,

si no sabes porqué, con quién ni a hacia dónde.

155 motivos, urgentes,

para ordenar tanta barbarie y ser hijos de nuestras madres, hijas de nuestro tiempo;

190.000 años de  evolución que por fin tengan sentido

 

Rodar

Tras unos meses de cura de redes sociales (must to!), vuelvo al bloggeo. A mi ritmo, yes. Igual que la planta crece a su bola… y, eh, si en mi ADN tengo grabado el ritmo de un post cada diez años, ¿qué?

Os comparto mi último video de slam con un texto nuevo del que estoy especialmente orgullosa: Rodar.

En esta ocasion fui finalista, con puntuaciones muy reñidas con Ainara (segunda posición) y Marta B (ganadora). Estas mujeres de voz irrompible están on fire y fue una final superinteresante.

Aiiiins… ese subidón de competir y compartir cada día un poco más con gente de esa que si tuviera hijos, les diría «Es así, mi amor: así es como se vive» 🙂  Os invito a pasearos por el canal de Poetry Slam Barcelona y conocer a éstas y a otras voces imperdibles: encontraréis algunos de los mejores referentes a nivel mundial de la escena #Slam y de la literatura oral contemporánea. Y es que en Barcelona, OMG, hay nivelazo del bueno.

 

 

Rueda redonda la vida

y el tiempo que abraza y separa

me hace volver otra vez

a lo que creía mañana.

 

Fósiles milenarios, ahora petróleo

reciclados como plástico del futuro….

Pero, ¿y quién reciclará la memoria del tiempo

y la tierra y sus rocas?

 

Dejar en herencia

una bolsa de 500 años de vida,

recordando a mis hijos

que soy, igual que ayer,

ciega,

torpe.

 

Y aunque sí,

aunque todos,

qué humana la pereza,

ese dejarnos arrastrar por la rueda.

Qué fácil es rodar

alrededor de un ombligo minúsculo

que solo entiende de bordes y ahoras, de prisas sin horas,

de todo para antes de ayer.

Vamos directo al pasado camino al futuro.

 

Rodar, que es un verbo bello,

deviene inercia, huella y camino.

Plaguicidas por encima de niveles permitidos en el agua del río que riega mis plantas,

nitrógeno y óxido rascando mi piel, limando pulmones, quemando los ojos de todas.

 

Me miro al espejo y el hámster que veo se pone a correr

y giro, en la rueda,

y giro,

más rápido y más yo giro.

Corriendo a ninguna parte,

rodando pendiente abajo hacia quién sabe dónde,

como si me persiguiera la nada

y tuviera que demostrar cuánto he conseguido, cuánto acumulado

a costa de acabar con todo.

 

El hámster que soy, mejillas repletas,

pela un plátano cortado a rodajas,

servido en bandeja de plástico.

La tira a un lado sin parar de correr.

Y más tarde, un cadáver envuelto me espera a comer,

arranco su vida sin darle las gracias, no queda tiempo

y sigo.

Y voy a beber,

y bebo en botella de plástico.

 

Y en este momento de verdades plásticas e ignorancia absoluta,

de pánico ante la pendiente que me devora en mi caída hacia el no pienso, pero existo…

un palo en la rueda se clava en el eje y rompe el destino.

 

A veces, en forma de alergia,

alergia a un químico que ignoraba había en el pan,

que vivía ya en mi pulmón, o en el estómago de un pez que ahora es mi pecho.

A veces forma un cáncer maligno que cómo iba a saber, si nadie me había dicho,

con lo poco acostumbrada que estoy a escuchar palabras que no sean “ombligo, rodar,

más rápido”

 

La rueda se para

…y qué vértigo.

Y después, qué calma.

Mi ombligo se abre y sus bordes se ensanchan y escupo las prisas que llenaban mi boca y

hacían de mis armas un mano de destrucción masiva.

Escucho y las rocas me hablan.

Se pone a llover y parece que algo cede.

Me alejo del centro y de su sombrero gris, que tapa la ciudad

 

Yo también soy eso. Esto es ya mi historia.

Miro mi rueda, ya rota.

Y entiendo que un palo pequeño,

que un pequeño palo,

es suficiente para detener un mundo entero

y dibujar en la tierra en qué elijo convertirme.

Hazlo

¡Ha vuelto a pasar! Váis a conseguir que me venga arriba y luego… a ver quien me calla.  En febrero el público me premió ganando por segundo mes consecutivo Poetry Slam BCN, mi 3ra victoria en lo que va de año.  Fue algo genial… y muy emocionante que pasara con el último Slam de la Temporada. ¡Menudo sabor de boca me llevo cerrando así la liga 2017-2018! Doble emoción por ser, además, la celebración del 8º aniversario de PoetrySlam BCN. Y triple dosis por quedar subcampeona del año, a 1 reñidísimo punto por el oro (¡bien merecido!) del tremendo Arjan Álvarez.

Él será quien nos represente en la final nacional y es algo que me llena de felicidad. Estar en la final nacional es una experiencia inolvidable que viví el año pasado, como representante de BCN. ¡Qué mejor que tenerlo a él representándonos este año! Y que suenen bien fuerte voces tan poéticas, jóvenes y contundentes como la suya. Os invito a disfrutar de su tremenda garra aquí.

Me despido compartiendo el video y texto de mi última actuación, la que me valió el aplauso ganador.  Agradezco a quienes me dieron semejante honor una vez más: el público. ¡Gósenloh!

 

 

Si la vida es dar tumbos sin rumbo

zumbando entorno de un epicentro

sin centro ni tiempo

entre una cosa y la misma vestidas      de distintos momentos,

 

si la vida es dar tumbos sin rumbo

zumbando entorno de cantos secretos

que guardan, discretos y ocultos

nuncas, siempre, recuerdos…

 

¡¡¡CORRE!!!

 

Corre corre

corre prueba

corre compra

corre gasta

corre siente

¡siente y sé feliz!

 

Siente y ríe

siente en verde

siente chakras

siente gloria

siente y gana

¡gana y sé feliz!

 

Gana herencias

gana heridas

gana amigos

gana aplausos

gana  trabajo

¡trabaja y se feliz!

 

Trabaja mucho

trabaja poco

trabaja gratis

trabaja en negro

trabaja y compra

¡compra y sé feliz!

 

Compra casas

compra perros

compra pareja

compra un hijo

compra un sueño

¡compra y sé feliz!

¡Compra y sé feliz!

Se feliz.

Se feliz…

 

Se      yergue pesada mi lápida:

deber ser liviana y ligera,

sonriente y negando la náusea que nace del barro que hiere

por no saber tierra fértil.

 

Se yergue pesada la lápida

y soy mi peor enemiga,

sonriendo abismos, cristales de ansia por reventarme esta piel

crecida en vacío y sordera.

 

Sé, sé…

que así no.

Si la vida es dar tumbos sin rumbo,

zumbando entorno de un epicentro

sin centro ni tiempo

entre una cosa y la misma vestidas      de distintos momentos,

PARA.

 

Para el tiempo

Para, mira

Para, huele

Para, respira

Para, siente

solo siente.

 

Siente el río

siente el frío

siente el hueco

siente hiedra

siente y toca

solo toca.

 

Toca rojo

toca piedra

toca cielo

toca tromba

toca y vive

solo vive.

 

Vive ahora

vive siempre

vive hondo

vive en calma

vive y grita

solo grita.

 

Grita adiós

Grita  te perdono

Grita quiero

grita puedo

grita y hazlo

solo hazlo

 

HAZLO. EMPIEZA. AHORA.

Uno de esos días

Una mezcla de sorpresa, alegría y orgullo se mezcló el sábado pasado en el Museo de arte contemporaneo de Barcelona (CCCB), cuando gané la edición de enero de PoetrySlam Barcelona con este texto. Que el público valorara tanto un poema acerca de los beneficios de la menstruación y el poder de la sensibilidad femenina… me resulta realmente emocionante por todo lo que implica.  Así que gracias de corazón: no gané solo yo, el sábado, sino que ganamos todas las personas que nos abrimos a vivir naturalmente nuestros ritmos vitales 🙂



Hoy estoy en uno de esos días,

uno de esos días con humor de contracciones, pariendo revoluciones y los ojos en carne viva.

Con mis pupilas fijas,

los ojos clavados

en el eterno retorno del giratorio péndulo que son futuro y pasado,

futuro y pasado,

que hipnóticos    son cuerpos e historia,

que estáticos    repiten miedo, legados,

sin importar la forma, la tuya o la mía.

 

Hoy sería fácil justificar palabras con hormonas,

pero no seré tan simple.

Sería negar la profundidad y el poder que me da vivir en mi ser,

mes

tras mes,

un ciclo

de vida y

de muerte.

 

Río,

río al ver ojos huracán,

que sin saber a dónde van… quieren calmarme.

Río en carcajada al admirarme

de que yo soy previsible, cíclica y continua,

y ellos, mis verdugos,

ellos son incontrolables.

Ellos sangran y desangran a capricho y “esto es mío”.

 

Respiro.

Mantengo la compostura ante la situación impuesta,

un pacto secreto en el que nací:

 

En reuniones, propondré ideas

que solo al decirlas él, o él, o él… darán cosecha.

 

Mi compasión infinita

cuidará de la familia como dicta la naturaleza

porque ser mujer es eso.

Es… los demás siempre primero,

es…descuidar mi propia piel,

mi tan sensible piel que hoy, en uno de esos días

es la piel del mundo

y dentro y fuera pierden todo el sentido,

hasta que sus guerras me sangran y se hacen guerras mías.

Y me desgarra la insensible mirada, históricamente repetida

hasta hacer Una gran verdad de una sarta de medias mentiras.

 

Pero el chorro que gotea me recuerda que estoy viva,

más viva que tantos que se aferran a la vida con dientes,

destrozando su alegría,

destruyendo su milagro,

aniquilando su poesía.

 

Me abrazo tan fuerte que al fin duerme mi bestia

y abrazo el poder de la muerte,

que me hace más bella que nunca aclarando de sangre mi mente.

 

Respiro.

Mantengo la compostura

ante la situación impuesta.

Un pacto secreto en el que nací.

 

Compartiré ahora un secreto

Que al crecer descubrí:

 

Instrucciones de uso de la vida (por favor siga leyendo):

Introduzca su mano en el pantalón,

saque sus gónadas gentilmente

y golpee con ellas fuertemente encima de la mesa.

Golpee, golpee hasta que alguien lo escuche y nunca, jamás se detenga.

Acuse cualquier otra estrategia de débil, exagerada o antisistema.

Golpee y destruya sin piedad todo aquello que no entienda,

negando si es preciso incluso su existencia.

 

 

Átomos milenarios

Un segundo poema desde esa ciencia que tanto habita en nosotr@s, fuera de libros y clases soporíferas: la ciencia que nos mueve y mueve el mundo entero; que mueve el universo desde el inicio de los tiempos.

Con los nervios del directo en Poetry Slam, alguna frase quedó secuestrada en mi hipocampo, así que si estás leyendo esto léete el texto entero y descubre cuál falta 😉  ¡Un saludo!

 

La realidad…

la realidad supera a cualquier poema.

¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo?

¿Qué es lo que tengo? ¿Qué es lo que no?

 

Cuentan que en el inicio

todo estaba condensado

en un minúsculo punto,

la cabeza de un alfiler.

Todo sin forma,

todo sin espacio, ni tiempo,

sin entrada ni salida,

ni principio ni final.

Éramos… y no éramos,

¡ni vivos ni muertos estábamos

hasta que se formó el universo!

 

Entonces fuimos

átomos milenarios volviendo hacia la tierra

La cena de bacterias y también su gas metano.

 

Carbono que entrando en la planta,

dándole vida a un conejo

asado a fuego lento irá directo a mi panza.

 

Y en siesta, descanso y amor,

seremos orgasmo y bebé.

Gen, sueños y piel

de una vida que ahora son dos

 

Cambiante y eterna, yo

Yo.

Ni siempre ni nunca, Yo.

Y es que entre tu y yo,

solo el espacio y el tiempo,

la historia y la suerte

nos separan.

Tu y yo somos seres de oxigeno, nitrógeno, carbono e hidrogeno mitos y pieles.

 

Si observo,

si observo atentamente,

dejaré de repetir el mismo error:

confundirme y creerme mi cuerpo.

Las sensaciones de mi cuerpo.

Los pensamientos que me habitan.

Los miedos que aprietan mi cuello.

 

La forma a veces deforma mucho más de lo que informa.

 

Cuentan que en el inicio

todos estábamos condensados en puntos tan pequeños,

5 puntos, 5 mujeres

creando todos los cuerpos.

Nos moldean siglos y siglos

de selección natural y de suerte,

de adaptación, migraciones y muerte

que me hacen estar aquí,

sobrevivir hoy aquí.

Sin elegir,

sin decidir

mi destino ya empezó

Sin elegir

sin decidir

nuestro destino ya empezó

 

¿Quién soy yo? ¿De donde vengo?

¿Qué es lo que tengo? ¿Qué es lo que no?

 

Todo cambia al ver bajo un microscopio

y lo oscuro de lo inopio se rebela.

Y mi vida nunca vuelve a ser igual,

mi mente nunca vuelve a ser igual.

Si fuerzas invisibles nos gobiernan,

¿qué es  y no es real?