Sufre.
Te receto la mejor medicina
para quitarte las tonterías.
Y no,
no deseo tu dolor
ni deseo tu caída.
Pero tu te empeñas
en sostener ideas
en devorar pasiones
en bajar a pozos
para gritar luego
«estoy mal»
«estoy mal»
«ayuda»
Y yo,
que escucho,
que oigo sin querer,
que oigo tus abismos
que soy radar de sombras
que soy fiel,
yo
te sigo.
Y bajo, me hundo,
bajamos a tu inframundo
nos hundimos en tus entrañas
una y otra vez.
Y golpeamos,
recibimos.
Lloramos,
nos reímos.
Te doy fuerza.
Y mi fe
deviene tu fe.
Y me digo
que ahora sí,
que ahora has visto
y ahora entiendes.
Que ahora sientes
donde hay oxígeno
y donde no.
Sonrío.
Sonríes.
Pero pasa un mes
y te caes.
Y me fijo.
Desconcertada,
me fijo.
Y te veo.
Ahora sí,
esta enésima vez,
te veo claramente.
Ahora que no me arrastra tu urgencia,
Ahora que no estoy desesperada
hambrienta por ayudarte,
ayudarte y serte útil,
serte útil y así amada.
Ahora sí,
te veo.
Caes,
no por accidente,
no por mala suerte,
tu caes
porque te dejas caer
caes por la inercia
de un cuerpo acelerado
por su mente demente
con su miedo y miedo al miedo.
Te bebes y te bañas
insaciablemente en tus heridas.
Viciosamente caes.
Caes por placer.
Retorcido y perverso placer
que anticipa atenciones
y anticipa abrazos,
que anticipa la confirmación
de que sí,
de que estás sufriendo.
De «Hoy no puedo más»
pero mañana vuelves.
De «Hoy me pagan una mierda»
pero mañana doblo horario.
De «Hoy vamos que cambiar el sistema»
pero mañana recreo sus errores.
De «Hoy no tengo dinero»
pero mañana sigo esperando que alguien me salve.
De «Hoy no se qué hacer, no la amo»
pero mañana estaré casado
De «Hoy me maltrata»
pero mañana retiro la denuncia.
Te hablo
de mi
a mi otro yo.
De ti
a tu otro tu.
Te hablo
de víctima
a víctima.
De juez a juez.
Deja de engañarte
y no hables en vano.
Si no quieres ser responsable de ti mismo,
solo calla.
Calla y lleva tu cruz,
siéntela con todo su peso.
Súfrela.
Sufre.
Hasta que se te lleve por delante
y te rasgue, piel, alma y entrañas.
Sufre hasta que tumba, cruz y lágrima sean uno.
Hasta que hielo, caja y pandora.
hasta que fuego, bomba y a rastras.
Sufre hasta que te partas
hasta que tu cráneo grite en silencio
BASTA.
Sufre
hasta gritar BASTA.
BASTA.
BASTA.
Sufre
hasta agotar tus reservas de dolor
y que lo único que te quede
sean ganas de vivir
este momento.